6 de abril de 2005
La sociedad globalizada requiere un consenso
ético mundial. Esto se hace necesario
ante la diversidad de naciones, culturas y religiones y a la cada vez mayor
interacción y convivencia entre las personas de todo el mundo que se da vía el
internet, las telecomunicaciones o con la facilidad de los viajes. Si bien en
el pasado el consenso ético se alcanzaba con facilidad dentro de sociedades
nacionales que compartían idioma, cultura y religión, hoy en día esta
homogeneidad y aislamiento se ha ido perdiendo. Vivimos en un mundo
caracterizado por personas de una diversidad de culturas, lenguas, religiones, etnias,
educación, nivel de vida y costumbres, que conviven cotidianamente. Sin duda en
nuestro país, aunque predominantemente católico, se da también cada vez más
esta diversidad y por ello también se requiere un acuerdo ético que permita la
convivencia de los mexicanos, ante la diversidad de formas de pensar.
En nuestra época nos enfrentamos a un debilitamiento
de las religiones y a una falta de congruencia entre las creencias y las
acciones de las personas, lo que conlleva a un debilitamiento del comportamiento
ético. El debilitamiento de las
religiones viene dado entre otros factores por
la expansión del racionalismo iniciado poco antes de la Revolución Francesa
y por los espectaculares avances de la
ciencia. También contribuye a este
relajamiento ético el que se haya logrado un nivel de vida mas alto en las sociedades, el énfasis
en el individualismo, los avances del
consumismo, el aumento de la capacidad humana por transformar la naturaleza sin
medir consecuencias, caracterizado por ejemplo con los avances en la genética
que le han permitido al hombre jugar un papel que antes se suponía reservado sólo
a Dios.
Ante este debilitamiento del apego de las personas al
marco ético, es necesario encontrar nuevos consensos que permitan la
convivencia y el avance de la sociedad hacia un mundo mas digno.
El Dr. Küng a través de la Fundación Ética
Mundial intenta la búsqueda de esos
consensos tomando los puntos en que coinciden la mayoría de las religiones. Para
ello propone dos principios de carácter
universal:
Humanidad. El principio ético general de que toda persona posee
una dignidad intransferible e inviolable. Por ello tanto los individuos como
los estados tienen la obligación de respetar esta dignidad y de garantizar su
protección efectiva.
Reciprocidad. Es un
principio que se encuentra desde hace milenios en muchas tradiciones religiosas
y éticas de la humanidad: no hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a
ti. O en positivo: haz a los demás lo que quieras que te hagan a ti. Esta norma
debería aplicarse en todos los ámbitos de la vida, para la familia y la sociedad,
para las razas, naciones y religiones.
Adicionalmente el Dr. Küng propone los siguientes valores esenciales:
Respeto
por la vida. Todas las personas tienen derecho a la vida, a la
integridad corporal, y al libre desarrollo de la personalidad, mientras no
vulneren los derechos de los demás.
Rechazo
de la violencia. Los
conflictos deben solucionarse sin
violencia y en el marco de un orden jurídico. Esto rige tanto para los
individuos como para los estados.
Solidaridad. Ninguna
persona tiene derecho a usar sus propiedades sin tener en cuenta las
necesidades de la sociedad y de la tierra. La propiedad también debe servir para el bien de la comunidad.
Justicia. Las
estructuras de la economía mundial deben organizarse de forma mas justa.
Tolerancia. Ningún
pueblo, ningún estado ninguna raza, ninguna religión tiene derecho a
discriminar. Las minorías necesitan de nuestra protección y apoyo.
Veracidad. Cada persona
debe poner gran interés en la veracidad de su pensamiento, discurso y obra.
Cada persona tiene derecho a la información necesaria para poder tomar las decisiones
fundamentales de su vida.
Igualdad
de derechos. La relación entre hombre y mujer no debe basarse en
la tutela o la explotación sino en el amor, el compañerismo y la confianza.
Cooperación. Se expresa como comprensión y atención
recíprocas, consideración, tolerancia, espíritu de conciliación y amor
recíprocos.
Si bien en México aún no somos tan diversos, nos hace
falta renovar este compromiso por la ética que nos permita vivir mejor a todos. No solo
el acuerdo en lo que es aceptable o no, sino el llevar verdaderamente a la
práctica estas ideas. Nos hace falta tener más congruencia entre lo que creemos
éticamente y lo que hacemos. Con ello podremos combatir la corrupción,
perfeccionar la democracia, mejorar el nivel de vida de todos los mexicanos y
ser más felices con una vida basada en la convivencia respetuosa y solidaria.
En un artículo reciente de donde extraje las ideas
anteriores, Küng cita a Mahatma Gandhi. Termino con esta cita de Gandhi quien
dijo que los siete pecados sociales del mundo actual son:
“Riqueza
sin trabajo
Placer
sin conciencia
Conocimiento
sin carácter
Negocio
sin moral
Ciencia
sin humanidad
Religión
sin sacrificio
Política
sin principios.”
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